miércoles, 21 de octubre de 2009

Pueblo, te lo pido por favor...


Este domingo el Uruguay tendrá una nueva oportunidad para cerrar viejas heridas, para seguir buscando con más fuerza a los que desaparecieron durante los gobiernos de factos, para darle paso libre a la justicia a que actúe y juzgue a los que cometieron terrorismo de estado, para asegurarse de que la dictadura no vuelva nunca más. Este domingo el país decide si anular o dejar vigente la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.



Además de votar al próximo presidente de la república y al nuevo parlamento, el 25 de octubre se votarán dos plebiscitos: uno de ellos es la Ley de Caducidad. Esta ley, única en el mundo, deja impunes los crímenes cometidos en el período que comprende los años 1973 y 1985, lo que significa que todo acto de terrorismo de estado, ya sean torturas, desapariciones o asesinatos, no pueden ser juzgados.


Para comenzar, debemos decir que el plebiscito es por la anulación de los primeros cuatro artículos de dicha ley, que son los que protegen a los militares que cometieron delitos de lesa humanidad. Podríamos continuar con que nuestra constitución dice que todos los seres humanos son iguales ante la ley, por lo que la Ley de Caducidad no tendría validez, siendo así inconstitucional.


Otro punto importante es que hay muchas personas que todavía están buscando a familiares que fueron detenidos y desaparecidos durante la última dictadura. De 200 desapariciones, se aclararon trece casos. Muchos familiares de detenidos desaparecidos no pueden cerrar sus heridas, no pueden llorar a sus muertos, y ni siquiera saben si sus familiares están vivos o muertos. La Ley de Caducidad ampara a los militares que saben donde están esos desaparecidos, por lo que se niegan a dar información al respecto, manteniendo varias heridas abiertas.


Pero hay otro ítem que no es menor en las cuestiones que rodean a nuestra sociedad. La mayoría de la población dice estar cansada de la inseguridad, de la impunidad, pide penas más severas para los criminales, casi que piden “que los maten a todos”. Entonces, ¿cómo es posible que una gran parte de la gente que pide cárcel para los criminales que roban y matan a un almacenero, no pida cárcel para los criminales que atentaron contra el país y los ciudadanos en su conjunto? No hay diferencias entre un ladrón de almacén y un dictador, ambos son criminales y se los debe juzgar como tal y en consecuencia de los actos que cometieron.


Hay una comparación obvia y clara con lo que fue la dictadura en Uruguay, y es la actualidad de Honduras. Los ciudadanos de nuestro país han mostrado su solidaridad y apoyo al pueblo honureño, tras el golpe de estado que dio Roberto Micheletti. También muchos uruguayos han expresado su orgullo de la democracia que hay en el país, como diciendo que esto acá no puede pasar. Muchos desconocen que lo que sucede en Honduras hoy pasó hace más de 30 años en Uruguay. Si nos lamentamos por lo que sucede en Honduras, ¿cómo no se va a juzgar a gente que hizo lo mismo que el gobierno de facto de Micheletti, o peor?



Ya faltan pocos días, menos de una semana para anular o dejar vigente la Ley de Caducidad. Para poder construir futuro, hay que cerrar las heridas del pasado. Para que podamos tener justicia, debemos tener justicia siempre. Para tener un país unido, no hay que dividirnos. Para que todos sepan donde están sus familiares, quienes saben deben hablar. Para terminar con la angustia de hace 30 años, hay que ensobrar una papeleta rosada junto al voto de cada uno este 25. Para poder decir Nunca Más Impunidad, hay que anular la Ley de Caducidad.




Saludos.
Mauricio (y todos ellos...)