sábado, 27 de noviembre de 2010

La envidia de Carl Sagan


Después de una larga espera, la topadora salió de su letargo para sacudir las mentes y las almas de miles de personas que esperaron durante casi cuatro años para volver a sentir eso que los oriundos de Mataderos saben ofrecer: Rocanrol. El 23 de noviembre pasado La Renga volvió con "Algún Rayo", su décimo trabajo discográfico, presentando una temática que se relaciona al espacio y al cosmos y logrando, una vez más, un trabajo netamente impecable desde todo punto de vista.



Sin dudas que será innegable la subjetividad de quien escribe esta crítica musical, por lo que se ilustrará al lector de lo que nos trae el grupo comandado por Gustavo Fabián "Chizzo" Nápoli, Gabriel "Tete" Iglesias, Jorge "Tanque" Iglesias y Manuel "Manu" Varela.

La Renga invirtió el orden natural de los fenómenos climáticos: primero tronó la tierra y después hizo aparecer algún rayo. No por eso el efecto fue el opuesto, sino que todo lo contrario. En este disco, se eligió la temática relacionada al espacio, al cosmos, al universo en general o al menos hasta Plutón.


El material comienza con un "Canibalismo Galáctico", "evolutivo y didáctico". "Un gran banquete espacial" que dibuja una situación de la que hay que escapar, yendo hacia otro lugar.

Aquí es cuando sigue "Destino ciudad futura", que puede ser ese lugar para escapar. Pero no, "no te detengas, que puede ser una bomba", advierte el Chizzo. Dice que se ve la nada "aunque todo esté ahí", y se pregunta el motivo y la condición por la cual esta ciudad futura llegó a ese destino donde "no hay dimensión del Estado".

La bronca crece y nos va quedando solo el Rocanrol como carta para combatir esa pesadilla cosmológica. Es así que logramos "desde la chispeante luz interior, desatar la furia de la bestia Rock", esa que nos alimenta para seguir adelante y que mantendremos con nuestra ilusión.

Dadas las circunstancias adversas que se nos presentan, esa ilusión que alimenta dicha furia nos da algo que hace falta: "Poder". Nos hace falta "poder para poder", para que no se roben nuestra luz, para subsistir en lo salvaje y dejar de mendigar esclavitud para rescatarnos una vez más.

Ese poder será alimentado por "Algún rayo", ese que el niño sabe que habrá aunque no haya un mañana o aunque espere ver el sol sentado en la vereda. Sin embargo, ese rayo se reflejará en el "Cristal de Zirconio", anunciando que "el apocalipsis llegará hasta tu puerta". Es así que, aunque el mundo esté viejo, "el nuevo paso habrá que dar".

El nuevo paso a dar es impulsado por ese amor único que "sostiene el deseo desde el torbellino a tu corazón" y que nada lo detiene. Ese amor que sueñan los "Dioses de terciopelo", que piden a gritos que lo salvemos, que lo encontremos aunque el lugar en donde él esté desista. Con ese amor, podremos "Inventar un mañana" que nos diga de qué planeta viene, al tiempo que nos pide que no sea como ayer para poder verlo crecer.

Lamentablemente, en toda travesía complicada hay palos en la rueda, factores que no nos dejan ver crecer ese futuro que queremos. Ahí aparecen los personajes que están "Disfrazados de amigo", que debemos desenmascarar sin impedimentos, aunque haya que inclinar la humildad que tenemos.

De la misma manera que nosotros buscamos una forma de construir nuestro futuro, hay algunos "Lunáticos" que piensan un mundo mejor con un nuevo Las Vegas en la Luna, el cual se pusieron a construir con esmero y con amor. En ese momento nos gana la desorientación, que se manifiesta en un blues que relata que ya "las coordenadas no tienen sentido" y "tampoco la hora que da el reloj".

Finalmente, después de tanto andar, encontramos alguien en quien volcar ese amor que nos dio un futuro. Esa mujer que quema cuando quiere rockear y nos hace probar sus "Caricias de asfalto". Oscuras, calientes, dementes, que queman, que arden de pasión y de fuego, pero que a pesar de todo, son caricias que tanta falta estaban haciendo.



Podemos decir entonces que el canibalismo galáctico nos lleva a otra ciudad como futuro destino, pero debemos huir nuevamente. Ahí despertamos la furia de la bestia rock con todo su poder, augurando algún rayo que reflejará el cristal de zirconio mientras los dioses de terciopelo nos piden que salvemos nuestro amor para inventar un mañana. Y aunque haya algún disfrazado de amigo que esté lunático y nos desoriente en forma de blues, encontramos la contención en unas caricias de asfalto que nos sacan a la pista para rockear.





El 21 de mayo de 2011 es la fecha pautada para que La Renga presente en Uruguay su décima gema rocanrolera. El lugar es el Velódromo Municipal de Montevideo y la cita es a las 20 horas.


La recomendación es la obvia: escuchar el disco y apreciarlo cabalmente, sacar la entrada para el 21/5/2011 en cuanto se pongan a la venta y esperar ese encuentro en donde las caras viejas y las nuevas que se encuentren van a ser, como de costumbre, "los mismos de siempre".



Saludos.
Mauricio