jueves, 21 de abril de 2011

La culpa la tiene el rock


Los integrantes de Callejeros fueron a prisión por el delito de "incendio culposo seguido de muerte" en el marco de la causa Cromañón, al tiempo que la causa contra el dueño de aquel boliche, Omar Chabán, cambió su carátula de "homicidio doloso" a "homicidio culposo", lo que quizás supondría una reducción de la condena de 20 años que el gerenciador del local recibió en 2009.


El siguiente artículo tendrá una visión propia sobre este tema, que intentará no fanatizarse para expresar una idea desde una visión que, aunque es subjetiva, es todo menos ciega o cerrada: "La culpa la tiene el rock".

Dicho popular si los hay, esos que empiezan con "La culpa la tiene...", que normalmente generalizan situaciones ingeneralizables, que suelen tener más de un responsable o más de un microproblema a resolver dentro del macroproblema generado.

Como ya fue expresado, los músicos de Callejeros fueron enviados a prisión por "incendio culposo seguido de muerte", junto con el manager de la banda, Diego Argañaraz, y los demás responsables nombrados en el anterior artículo de este blog que habló del caso Cromañón, donde hay más detalles de lo que fue aquel fallo primario.

Volvemos a la idea a expresar, que parece muerta por momentos, pero que cada tanto resurge de las piedras y desde los sentimientos más arcaicos de diversos sectores de la sociedad que olvidaron que fueron jóvenes alguna vez: "La culpa la tiene el rock".

No lo dicen en voz alta, no lo dicen textual, pero la frase central bien podría ser esa. Todos o casi todos los familiares de las víctimas se mostraron satisfechos con que los integrantes de Callejeros fueran presos.

Entonces, yo entiendo que, según su idea, si la gente que va a ver un recital prende bengalas, la culpa es del rock y sus intérpretes. En ese caso, si la gente que va a la cancha prende bengalas y se queman las manos o les revienta una y pierden un brazo, la culpa es de los deportistas, dirigentes, árbitros, entrenadores, preparadores físicos, los relatores de radio y televisión, y por último los verdaderos culpables: los encargados de dar seguridad y de cuidar el ingreso de pirotecnia.

Se han dado casos en muchos países de explosivos que fallaron y que le hicieron perder un dedo a más de uno en una cancha. Nadie pidió que se multara o condenara a los dirigentes de tal equipo, al responsable de seguridad de la cancha o a los jugadores del partido. Sin embargo, en el caso Cromañón, parece que la banda Callejeros estaba prendiendo bengalas al tiempo que tocaban, y una de las que prendieron alcanzó la media sombra y truncó 194 vidas. De nuevo aparece la idea: "La culpa la tiene el rock".

Si hacemos la comparación con un espectáculo deportivo, Callejeros son los jugadores del partido, ya que es (o era) una banda de rock, que tocaba música rock. No eran ni patovicas, ni encargados de seguridad (que ellos si tenían contratados, justamente para no tener que preocuparse mientras tocaban), ni el dueño del local, ni el que cerró con candado la salida de emergencia, ni quien autorizó la construcción del boliche o lo habilitó en esas condiciones.

Sin embargo para la Justicia, además de Chabán y los funcionarios de gobierno, la culpa la tiene, una vez más, el rock. Esta vez es el género rock, pero puede tomarse como la música en general.

Resulta increíble y por demás ilógico que nadie, ni la Justicia, ni los medios, ni la sociedad en su conjunto, recuerden cada vez que se hable de la causa que los Callejeros son, al mismo tiempo que las personas que perdieron seres queridos, familiares de las víctimas, ya que ellos mismos sufrieron la muerte de allegados.

Los muertos de los Callejeros están comprendidos entre las 194 víctimas. Este dato es, obviamente, pasado por alto en la mayoría de los medios. ¿Por qué? Porque hay que buscar un culpable con quien descargarse, para que los que sufrieron descarguen su rabia, para que los medios señalen y hagan especiales de horas y horas sobre el tema, y para que la sociedad tenga con quien indignarse. De esta manera, y detrás de las condenas de los músicos, de los managers, de los funcionarios y de los dueños, la culpa de todo la tiene el rock.


Los boliches siguen funcionando mal, se producen derrumbes en las estructuras, siguen habiendo muertos, se siguen pagando coimas para que los lugares inhabilitados puedan abrir y hacer unos mangos, pero para la Justicia "la culpa la tiene el rock". Ah, también se ordenó levantar la especie de santuario recordatorio del hecho, montado en las afueras de lo que fue República Cromañón para abrir el paso de la calle donde se sitúa, cerrada desde la tragedia.


Desde donde estén, las 194 víctimas se están agarrando la cabeza, y no lo pueden creer.



Saludos.
Mauricio