lunes, 17 de septiembre de 2007

Somos los mismos de siempre

La lluvia torrencial que se había desatado durante todo el día parecía presagiar una jornada complicada, acompañada de algún relámpago que otro que hacían más fuerte la amenaza de suspensión. Como la lluvia era lo de menos, arrancamos. A las 4 nos bajamos del bondi y empezamos a caminar para llegar a destino. Seguía lloviendo, igual yo ya estaba todo mojado de ir a lo de Seba caminando, asique ya era.

Llegamos y había poca gente, algo que nos sorprendió pero que luego no tanto dadas las condiciones climáticas. La gente que había a esa hora era la gente de fierro cuyas banderas decían "Chuy" o "Paysandú" entre otros. En eso, la incertidumbre. ¿Habrá reencuentro o no? Ingenuos nosotros... nos olvidamos que ni la peor tormenta frena nuestro impulso, confirmandonos eso a nosotros mismos con el cartel que decía "no se suspende por mal tiempo".
Entonces esperamos tranquilos, mojados, yo particularmente con frío, pero sabiendo que la cosa cambia cuando se dan estas peculiares citas.

De a poco comenzó a caer la gente al baile. Tímidamente se acercaban las personas a ver si se hacía o no, y se ponían en la fila. Algunas se iban a comprar algo para calentar las gargantas, porque nadie les iba a robar el lugar. Pasaba el tiempo y la lluvia se convertía en llovizna, y la poca gente empezaba a ser más gente, y la fila comenzaba a crecer. Cuando eramos bastantes en la fila vino un camión de la Metropolitana que se paseaba por las veredas entre la gente para dar advertencias, una cosa de locos que terminó en la gente haciendo "ooooole" y riéndose de lo mal que maniobraba el milico en esa camioneta.

Ya eramos unos cuantos, la espera se hacía larguísima. Faltaban que los del control se dejaran de hablar del tiempo y de a quién iban a pegarle o no para que se pusieran en posición para revisar y abrirnos la puerta. Como a las 7 lo hicieron. El milico que me revisó estaba un poco nervioso se ve, o hace tiempo que no toca puerto. Después de eso fue que entramos y fuimos bien al frente, dado el gran lago de barro que era el Velódromo. Desde ahí a esperar. Todos los que componen la familia de La Renga estaban preparando todo como podían, dados la lluvia de hacía unas horas y el viento. La lluvia había parado definitivamente cuando estábamos adentro, como que hubiera sido una señal. El viento seguía, pero se combatía con calor humano.

Hubo un lapso de tiempo en el que la gente que estábamos adentro y la que entraba era poca, lo cual nos seguía generando incertidumbre sobre lo que pudiera ser la noche. Ya por las 8 comenzó a caer gente al baile a montones y la cosa se estaba complicando para bien.

Se estaba preparando todo, se prendían los parlantes, se montaba el escenario, se cantaba desde abajo y desde arriba, ya que desde atrás se escuchaban los cantos de la familia renguera diciendo que esto iba a estallar en mil pedazos. Llegaron las 9 y la cosa explotaba con solo verla. El velódromo estaba hasta las bolas y la gente seguía llegando de a montones, más los cánticos que se coreaban desde arriba y desde abajo.


En un momento se apagan las luces...


Las imágenes que empiezan a aparecer por las pantallas junto al sonido que se escuchaba nos decían que en definitiva no había nada que hacer: se iba a tronar la tierra y no había nada que lo pudiera evitar.

Salen a la cancha con la tripa atada al corazón, con la fuerza del león que ruge en lo más alto de las montañas, y con el primer platillazo, se convirtió todo en un solo rugir de almas sedientas de rocanrol.

"Buenas noches, Uruguay. 1, 2..." y reventó todo cuando sonaron los acordes de "Oscuro Diamante". Todos fuimos inmediatamente poseídos por la magia mística de esa guitarra infernal que se gana las almas con su solo sonar. Después llegó "A tu lado", con el que terminó de tronar la tierra. En ese tema se había prendido una bengala, lo que provocó la acción del Chizzo al terminar esa canción: "Muchachos, vimos por ahí que prendieron unas bengalas. Les pedimos que no lo hagan ya que perdimos casi 200 amigos... aparte el fuego está dentro de cada uno de nosotros"... ¿Tengo que agregarle algo a esa frase?

La noche siguió con la presentación del nuevo disco entreverado con las clásicas anécdotas de la familia renguera. Todo un descontrol impresionante de gente que coreaba cada una de las canciones que llenaban el alma de sensaciones y recuerdos. Fue tanta la alegría que llegué al punto de emocionarme y cantar las canciones con una sonrisa de punta a punta. Los temas que tocaron, esos que nunca te imaginás que vas a escuchar, fueron los mejores. "Desnudo para siempre", "Bailando en una pata", "Blues de Bolivia", "Veneno" entre otros fueron los que hicieron la noche espectacularmente mágica y dejaron al corazón lleno de felicidad. También los clásicos de siempre como "El rey de la triste felicidad", "El final es en donde partí", "Bien Alto", "La razón que te demora", sumado a el popurock que tenía clásicos como "El revelde", "Panic show", "Negra mi alma, negro mi corazón", "Luciendo mi saquito blusero" y el gran homenaje a Pappo con el temón "Viva pappo", que hizo explotar a todo individuo dentro del Velódromo.

Luego llegaba el final, que sabemos que es con "Hablando de la libertad" (el mejor tema para terminar un toque de la historia). Y ahí fué el momento de mayor éxtasis. Cuando uno ve su cara en las imágenes que pasan siempre en ese tema de la gente que esperó afuera, se mojó hasta el culo y se cago de frío para tener esos momentos de felicidad, se queda congelado de la emoción, no tiene palabras, solo puede seguir cantando como un reflejo de lo que vino haciendo las últimas 2 horas y media.


Uno esperó 3 años para volver a vivir esas emociones que hacen diferente a La Renga por sobre todas las demás bandas, y la verdad que ni la lluvia, ni el frío, ni todo el barro del Velódromo impidieron que eso sea posible, ya que nosotros tampoco lo permitimos.

Me gustó que por más de todo lo nuevo que hubo en cuanto a música y gente arriba y abajo del escenario, seguimos siendo los mismos de siempre. La tradición de La Renga se mantiene, nunca se pierde esa escencia que los hace grandes incluso manteniendose afuera de las grandes companías disqueras o de publicidad, ese espíritu de barrio, de sótano lleno de humedad donde me junto a tocar con mis amigos.

Por esto y más seguimos siendo los mismos de siempre, los que están aunque se venga el mundo abajo, parados con solo nuestras banderas, nuestros rocanroles y nuestros corazones.


Gracias a la familia de La Renga por hacer algo como esto posible. Ojalá que siga la tradición cuando los que están ahora ya no estén.



Nos vamos como siempre, como nos gusta:

Hablando de la libertad


Hice a mi cuerpo amigo del viento y la distancia
y me fui a buscarle una verdad a mi corazón.
Algo tan grande como el cielo y las montañas
y tan pequeño como una gota de rocío.

Y ya no estuvo más conmigo mi corazón,
se fue a posar en cada una de las cosas.
Y ya no estuvo más conmigo mi corazón,
se fue a fundir con la escencia y la sabia.

Y ahora solo un camino he de caminar,
cualquier camino que tenga corazón.
Atravesando todo su largo sin aliento,
dejando atrás mil razones en el tiempo.

Y morir queriendo ser libre,
encontrar mi lado salvaje
Ponerle alas a mi destino,
romper los dientes de este engranaje.

Hice un lugar en el refugio de mis sueños,
y guardé ahí mi tesoro más preciado.
Donde no llega el hombre con sus jaulas
ni la maquinaria de la supervivencia

Me fue más fácil intentar la vida
que venderla al intelecto y la conformidad

Y ahora solo un camino he de caminar,
cualquier camino que tenga corazón.
Atravesando todo su largo sin aliento,
dejando atrás mil razones en el tiempo.

Morir queriendo ser libre
encontrar mi lado salvaje.
Ponerle alas a mi destino,
romper los dientes de este engranaje.

Saludos.
HighToro

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hiciste emocionar!!!, estuve muy triste por no haber podido ir, aún tendiendo la entrada, estaba enferma, y bueno no había quién me hiciera levantar el ánimo, ta, me había perdido a la renga!!!, pero bueno de alguna manera ahora leyendo tu artículo, me trasladé por un monmento a esa fiesta, creo a través de tus palabras entender lo q se siente, ya q era mi primera vez q los iba a ver en vivo, no dudo q debe de ser una sensación inigualable!!!, gracias mauri por llevarme hasta ahí por un rato!!!
besotes!!!, te quiero!!, Carito Fynn

Anónimo dijo...

me dieron ganas de escuchar la renga bo!!! yo no soy gran fan, pero me gusta y tenía ganas de ir, sabía lo q iba a ser ese toque... pero bueno, diferentes circunsatancias no me permitieron ir... espero estar ahí algún día!!
besotes niño, te adoro!!

Anónimo dijo...

que hace' papaaaaa? guri, te saluda tu compañero de batallas rengueras. tu hermano de sangre en las dos pasiones que nos unen. no hubiera podido elegir dos personas mas adecuadas para compartir la noche del sabado pasado que los dos que estuvieron conmigo: mi hermano y mi hermanito postizo. esta noche renguera es un oscuro diamante que brillara siempre en mi memoria junto con aquella de 2004 y todas las que vengan.
estaremos ahi los tres una vez mas la proxima vez que nos visiten y Lloraremos juntos por la alegria de ser parte de los mismos de siempre.

Anónimo dijo...

Exelente artículo!!!

Ademas de la lluvia, el barro y los milicos jugando al Grand Theft Auto, tambien hubo que soportar a un falopa contando batallas contra molinos de viento y a un pendejo ebrio que saludaba a todo ser que estuviera a tres metros a la redonda aclarandole "disculpá, es que estoy en pedo".

Emulando a el Rey Leónidas en 300 de Frank Miller: "esto es una locura. _No, ¡ESTO ES LA RENGA!!"

Torniquete & Rosqui Rosqui